Tras 101 años de servicio telefónico y 26 años de ADSL, llega el adiós definitivo de las centrales de cobre

Después de diez años apagando cobre, España es uno de los principales países del mundo que le ha dado la estocada final

Adiós a las centrales telefónicas de cobre y ADSL
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Por última vez, sonó el tono de marcado. Aquel pitido metálico del módem de 56k que anunciaba que, con suerte, podrías conectarte a internet. Era el año 2000 y, con paciencia, veías cómo una página web cargaba línea a línea. Hoy, ese zumbido se apaga para siempre.

En España, se pone fin a más de un siglo de historia en las telecomunicaciones. El cierre definitivo de las centrales de cobre marca el fin del ADSL y de la telefonía fija tradicional, una transición inevitable en la era de la fibra óptica y las redes gigabit. Detrás de este apagado, hay nostalgia, pero también una transformación tecnológica que reconfigura por completo nuestra forma de comunicarnos.

Del zumbido del módem a la luz de la fibra

Red de cobre extendida por toda España con postes de madera

El cobre fue la columna vertebral de las telecomunicaciones desde los albores del siglo XX. La red telefónica de voz que atravesaba España se fue adaptando para, además de ofrecer telefonía fija, transportar datos también, dando paso en los 90 al módem de 56k y más tarde, a finales de los 90 y principios de los 2000, al ADSL. Este último fue una revolución: permitió por primera vez el acceso permanente a Internet y velocidades que, para la época, parecían asombrosas.

Pero con el auge del vídeo en streaming, el teletrabajo, el juego en línea y la nube, el ADSL empezó a quedarse corto. Entonces llegó la fibra óptica, una infraestructura capaz de ofrecer velocidades simétricas, más estables y con un enorme potencial de crecimiento. Con ella, comenzó la cuenta atrás para el cobre.

Las limitaciones del cobre ya no se pueden ignorar. Su velocidad tope ronda los 20 Mbps, con una latencia alta y una notable degradación a medida que aumenta la distancia a la central. Además, las interferencias electromagnéticas y los altos costes de mantenimiento lo convierten en una tecnología obsoleta.

En contraste, la fibra óptica ofrece velocidades de hasta 1 Gbps (y superiores), estabilidad en la conexión, menor latencia y una infraestructura más sencilla de mantener. En resumen, la fibra es el presente y el futuro.

Impacto en los usuarios del apagón del cobre

Para los usuarios que aún dependían del ADSL o la telefonía fija tradicional (en su mayoría personas mayores o residentes en zonas rurales) esta transición ha supuesto un reto. Aunque la cobertura de fibra en España supera el 90%, todavía hay áreas con dificultades técnicas o de acceso económico.

Telefónica y otros operadores han ofrecido planes de migración y soluciones como conexiones 4G/5G en sustitución del cobre, pero el cambio puede resultar algo traumático para quienes no están familiarizados con las nuevas tecnologías. Las instituciones y operadores han tenido que redoblar esfuerzos de comunicación y apoyo, especialmente para colectivos vulnerables.

Si eres de los 77.000 usuarios que, a 28 de febrero de 2025, mantenía activa una conexión ADSL, es probable que te hoy si hayas quedado sin internet y sin teléfono fijo. En ese caso tendrás que migrar a una tecnología más actual para recuperar la conexión. En el caso de fibra, necesitarás una nueva instalación, y será gratuita.

Fases del apagado del cobre

Fases del apagado del cobre CNMC

La red de accesos de cobre de Telefónica estaba dividida en 8.526 centrales, identificadas por un código (llamado código MIGA). El progresivo despliegue de la nueva red de acceso de fibra óptica motivó el cierre progresivo de 2015 a 2025 de dichas centrales de cobre.  Se hizo siguiendo unas reglas establecidas por primera vez en 2009 por la CNMC, con ligeras modificaciones en 2016 y 2021.

Concretamente, las centrales de Can Rabella, en Sant Cugat (Barcelona) y Peñascales, en Torrelodones (Madrid), fueron las primeras en apagarse el 28 de diciembre de 2015, tras siete años del inicio del despliegue de fibra. El grueso de centrales (casi 5.000) se apagaron en 2024.

Algunas centrales, como la de San Marcial (en San Sebastián), sufrieron retrasos debido a dificultades técnicas o a la falta de despliegue alternativo completo. Otras, como LARIOS CT TSM y MANILVA (ambas en Málaga), adelantaron su cierre al 27 de mayo de 2025, sumándose así a las 559 previstas que han dado la estocada final.

Con estos cierres, España se posiciona como líder en Europa en la retirada del cobre, un proceso que culminará en 2025.

España lidera el apagado mundial del cobre

Antiguas centralitas de Telefónica

Según el BEREC (Organismo de Reguladores Europeos de Comunicaciones Electrónicas), solo ocho Estados miembros están en camino de completar el apagado del cobre para 2030. España está entre ellos, pero va más rápido.

  • Francia: Orange ha iniciado la transición, con cierre completo previsto para 2030.
  • Alemania: A pesar de proyectos piloto, la baja cobertura de fibra (23,6%) ralentiza el proceso.
  • Reino Unido: Openreach ha fijado el apagado total para 2027, pero aún hay dependencia del cobre.
  • Italia: Sin avances significativos, a pesar de anuncios.
  • Portugal y Rumanía: Superan a España en cobertura de fibra, pero no en ritmo de apagado.
  • Letonia: Destaca con un 91,5% de cobertura de fibra.

España se benefició de una inversión temprana en FTTH y de la decisión de la CNMC de liberar a Telefónica de sus obligaciones de mantener el cobre, lo que permitió un plan más agresivo de cierre.

Fuera del continente, países como Suecia, Noruega, Singapur o Japón ya han completado o están a punto de completar el apagado total. La isla de Jersey lo hizo al 100%. Estas naciones destacan por una planificación estatal coherente, inversiones a largo plazo y campañas efectivas de información y migración.

Estados Unidos, por su parte, sigue en transición, con operadores como AT&T retirando progresivamente su red de cobre.

El final de una era

El fin del cobre es también el cierre de un capítulo emocional. Muchos recuerdan su primer correo electrónico, sus primeras descargas o las conversaciones de madrugada en un fijo con sonido metálico. El cable de cobre, tendido por postes o enterrado bajo aceras, fue testigo mudo de una revolución.

Hoy, ese cable se apaga. Pero su legado se transforma en luz: la luz de la fibra, que nos conecta más rápido, más lejos y con más posibilidades que nunca. Porque a veces, para avanzar, hay que saber decir adiós.

En Xataka Móvil | Cambiar de operador con solo marcar un prefijo: así fue la liberación del teléfono fijo en los 90.

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