Tras 18 años Apple ha puesto fin a la repetición de la alarma cada 9 minutos. Y eso solo puede significar una cosa

El simple acto de posponer una alarma puede convertirse en una microdecisión personal más dentro del ecosistema Apple

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Miguel Jorge

Editor

Durante casi dos décadas, los usuarios de iPhone han vivido bajo una regla no escrita pero inmutable, una que a lo mejor muchos no sabían: cada vez que se pospone una alarma, Apple concedía exactamente nueve minutos más de sueño. Ni uno más, ni uno menos. La limitación tiene una historia de hace más de 50 años, y ahora los de Cupertino han decidido que ha llegado el momento de ponerle fin.

Un dogma digital. El famoso límite de los nueve minutos no nació en Cupertino, sino en los engranajes de los relojes despertadores de mediados del siglo XX. En 1956, General Electric lanzó el modelo 7H241, el primer reloj con función de repetición (snooze), cuya duración quedó fijada en nueve minutos debido a las restricciones mecánicas de su diseño de engranajes.

Desde entonces, esa cifra sobrevivió a la transición al mundo digital, convertida más en tradición que en necesidad técnica. Apple la adoptó como estándar sin ofrecer alternativas, lo que durante años consolidó esa especie de aura casi ritual: una pausa breve, universal y no negociable para postergar lo inevitable.

El iPhone y los 9 minutos. Así, la peculiar limitación, que no podía modificarse desde los ajustes del sistema, formaba parte del diseño rígido y controlado de iOS, donde la sencillez estética se imponía sobre la personalización funcional.

Sin embargo, con el anuncio de iOS 26 en la WWDC 2025, Apple ha puesto fin a esa era y ha concedido a sus usuarios lo que parecía una herejía: la libertad de configurar el tiempo del snooze manualmente, ahora entre 1 y 15 minutos.

Decisión simbólica. Aunque pueda parecer un detalle menor, el cambio es revelador en varios niveles. Permitir al usuario dormir seis minutos más o menos no solo afecta la experiencia cotidiana de millones de personas, sino que representa un giro profundo en la filosofía de Apple.

La empresa que durante años impuso limitaciones férreas en nombre del diseño ahora abraza la personalización: desde los íconos de aplicaciones hasta los fondos de pantalla de las conversaciones, y ahora incluso el margen entre el primer pitido de alarma y la segunda oportunidad de despertar. El nuevo enfoque encaja con la evolución reciente de iOS hacia un ecosistema más flexible, donde el control del usuario gana terreno.

Personalización al servicio del descanso. Con iOS 26, los usuarios podrán ajustar el snooze al ritmo que mejor se adapte a sus hábitos: desde apenas un minuto para los más disciplinados hasta quince para los amantes del riesgo.

Esta flexibilidad llega inicialmente a través de la beta para desarrolladores y estará disponible en versión pública a partir del próximo mes con el lanzamiento general del nuevo sistema previsto para otoño junto a la nueva generación de iPhones. El cambio puede parecer trivial, pero en la práctica redefine un gesto cotidiano para millones.

Entre el mito y el futuro. En resumen, y aunque la opción por defecto seguirá siendo de nueve minutos (como recordatorio de su herencia), su carácter obligatorio ha desaparecido. Si se quiere también, con ello también se abre una parte del propio mito de la compañía.

El gesto, que puede pasar desapercibido en el catálogo de novedades técnicas, dice mucho sobre la dirección futura de iOS: una plataforma cada vez más dispuesta a dialogar con los usuarios en lugar de dictarles cada aspecto de su experiencia. Y sí, eso solo puede significar una cosa: ahora podemos arañar algunos minutos más de sueño, de resistencia al día, o de indulgencia matutina.

Imagen | Pexels, Bmclayto

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