El tablero de juego en el sector de las telecomunicaciones en España se reordena a gran velocidad, y Orange no quiere quedarse atrás. En plena ebullición del mercado, con Telefónica redefiniendo su rumbo bajo la batuta de Marc Murtra como presidente ejecutivo, Orange acelera su estrategia para ganar protagonismo.
La compañía francesa busca reforzar su control sobre Masorange y prepara una ofensiva decisiva con una inversión cercana a los 5.000 millones de euros.
Un cambio clave en la cúpula de Masorange

La primera señal de esta ofensiva ha sido el relevo en la presidencia de Masorange. Laurent Martínez, actual director financiero del grupo Orange, ha sido nombrado presidente no ejecutivo de la filial, en sustitución de Jean François Fallacher, que recientemente se pasó a Eutelsat. Este movimiento no solo representa un cambio de nombres, sino una intensificación del control de Orange sobre la empresa conjunta con Lorca que comparte al 50%.
Martínez, con experiencia en finanzas y desarrollo corporativo, también se incorpora a la comisión de nombramientos y retribuciones, abandonando la de auditoría. Su nombramiento apunta claramente a una estrategia de vigilancia y preparación para una eventual absorción total de Masorange.
Objetivo: el control total de Masorange
Aunque el pacto de accionistas impide la venta de acciones hasta marzo de 2026, a partir de septiembre de 2025 se puede comenzar a preparar una salida a bolsa. Sin embargo, Orange prefiere evitar esta vía y negociar directamente con los fondos para asegurarse una transición ordenada y consolidar su dominio sin exposición bursátil.
Tal y como avanzaba Expansión, Orange ha iniciado contactos con bancos de inversión para preparar la compra del 50% de Masorange que aún no posee. Se estima que la operación rondará los 5.000 millones de euros, de los cuales ya tiene asegurados 4.400 millones procedentes de la fusión con MásMóvil.
Un mercado en plena consolidación
El movimiento de Orange se enmarca en una tendencia más amplia de concentración del sector. España, uno de los mercados más competitivos y con precios históricamente bajos en Europa, vive una transformación profunda.
Telefónica, por su parte, ha registrado pérdidas en el primer trimestre de 2025 y no descarta operaciones corporativas, incluyendo posibles fusiones con Vodafone España. Digi continúa creciendo de forma independiente, mientras que Finetwork atraviesa una etapa de inestabilidad tras cambios en su cúpula.
¿Qué puede suponer esta operación para el mercado?

La adquisición completa de Masorange por parte de Orange tendría un impacto profundo en el mercado español. La reducción del número de operadores fuertes podría traducirse en un aumento de precios, una menor competencia y una reconfiguración de los servicios ofertados a los usuarios.
Desde una perspectiva estratégica, esta maniobra muestra que España es clave en los planes de Orange para reforzar su posición financiera en Europa y diversificar su exposición a otros mercados más maduros o menos rentables.
La operación, que formalmente no podría cerrarse hasta 2026, podría acelerarse si los fondos y Orange alcanzan un acuerdo extrabursátil. Sin embargo, quedará en manos de los reguladores españoles y europeos decidir si la creciente concentración del sector es compatible con la libre competencia y el interés del consumidor.
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